Mi adhesión al puerto de la Boca no me impedía frecuentar las tertulias del los cafés de Avenida de Mayo, sobre todo aquella de “La Cosechera”, que el maestro Viñes bautizó con el madrilenísimo nombre de “La Peña”, que se trasladó durante una noche de verano a la vereda de enfrente. De “La Cosechera” pasamos al café Tortoni.
El viejo Tortoni tenía su clientela segura y abundante, pero nuestra “Peña” bohemia siempre encontraba la manera de instalarse en las mejores mesas de la vereda o el salón.
Además de brindarnos el espacio vital que necesitáramos –vital y subterráneo–, “monsieur” Piérre Curuchet nos obsequió con unos preceptos que habrían de quedar como lema de nuestra flamante agrupación. Decían así:
Aquí se puede conversar, decir, beber con mesura, y dar de su “savoir faire” la medida. Pero sólo el arte y el espíritu tienen el derecho de sin medida manifestarse aquí.
Santiago Stagnaro
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Pocos años después, Quinquela estaba en el centro de una de las más importantes tertulias de Buenos Aires, “La Peña” del café Tortoni. Luego, al disolverse, sus actividades se trasladaron al taller del artista, quien institucionalizaría la bohemia, dando origen, en 1948, a la “Orden del Tornillo”. En términos muy similares a los de la nota anterior, de 1918, Quinquela y los cófrades del tornillo exaltaban las virtudes de la “locura”, frente al mundo de los “cuerdos”: Para la gente esclava de las preocupaciones e intereses materiales, los hombres de espíritu viven en estado de locura. Y creen burlarse de nosotros al llamarnos locos. Los artistas hemos aceptado con buen humor esa calificación de locos [...] Caímos en la cuenta que también podíamos burlarnos nosotros de la vanidad en boga entre los cuerdos.
"Va la chatita arenera / De oro en polvo, bien cargada / Huele a brea la ribera / Grúas, hierros, barcos, dragas. / Y se ve por la ribera / Agobiados por su carga / Hombres fuertes, pechos amplios / Cuello recio, juventud…! / ¡Es la grúa que levanta recia!… / ¡Es la lancha que remolca fuerte! / ¡Es el cable que se amarra hoy / Y mañana se suelta…! / Chimeneas que despiden humo / Que parecen ocultar el sol / Fraguas rojas... un infierno… / ¡Martilleos y calor!" (Extracto de “Quinquela”- Letra : Celedonio Esteban Flores - Música : Argentino Valle)