Pocos años después, Quinquela estaba en el centro de una de las más importantes tertulias de Buenos Aires, “La Peña” del café Tortoni. Luego, al disolverse, sus actividades se trasladaron al taller del artista, quien institucionalizaría la bohemia, dando origen, en 1948, a la “Orden del Tornillo”. En términos muy similares a los de la nota anterior, de 1918, Quinquela y los cófrades del tornillo exaltaban las virtudes de la “locura”, frente al mundo de los “cuerdos”: Para la gente esclava de las preocupaciones e intereses materiales, los hombres de espíritu viven en estado de locura. Y creen burlarse de nosotros al llamarnos locos. Los artistas hemos aceptado con buen humor esa calificación de locos [...] Caímos en la cuenta que también podíamos burlarnos nosotros de la vanidad en boga entre los cuerdos.
De oficio carbonero (1904)
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"Va la chatita arenera / De oro en polvo, bien cargada / Huele a brea la ribera / Grúas, hierros, barcos, dragas. / Y se ve por la ribera / Agobiados por su carga / Hombres fuertes, pechos amplios / Cuello recio, juventud…! / ¡Es la grúa que levanta recia!… / ¡Es la lancha que remolca fuerte! / ¡Es el cable que se amarra hoy / Y mañana se suelta…! / Chimeneas que despiden humo / Que parecen ocultar el sol / Fraguas rojas... un infierno… / ¡Martilleos y calor!" (Extracto de “Quinquela”- Letra : Celedonio Esteban Flores - Música : Argentino Valle)
A pesar de haberse negado a recibir agasajos especiales en oportunidad de cumplir 80 años, el pintor Benito Quinquela Martín ha recibido en la ocasión muchas pruebas de afecto y respeto. En La Boca - su “República - se había pensado hacer una gran demostración pero el artista no la aceptó, prefiriendo recogerse y festejar la fecha con senecilles entre algunos íntimos. Resultó que fueron muchos los de ese círculo y, por lo tanto, muchas también las demostraciones. No hubiera podido ser de otro modo: Quinquela Martín es de La Boca. (La Prensa, 3 de marzo de 1970).