Y le llegaría el turno al teatro. Benito Quinquela Martín le dona al Consejo Nacional de Educación el terreno para su construcción. Siguiendo la recova del Museo y con vívidos colores se integra al complejo quinqueleano. Dona al edificio ocho murales: “Saludos a la bandera”, “Procesión náutica”, “Día del Trabajo”, “Tango de la Ribera”, “Arrancando·, ·Día de fiesta”, “Crepúsculo” y “Rincón de La Boca”.
Escuela de Artes Gráficas (1940-1947)
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Primero fue un arroyo que desembocaba en el Riachuelo, luego ramal de carga del Ferrocarril de La Boca clausurando el servicio en 1928. En el potrero de “La Curva” jugaban los niños. En 1954 cuando se retiran las vías y durmientes del ferrocarril se torna intransitable, y se empezó a juntar basura. Inmediatamente Arturo Carrega —propietario del almacén naval de Magallanes e Iberlucea— limpió el espacio y pone pilares para que no lo transiten vehículos. Aníbal, su hermano, pensó en ir más allá y le llevó a su gran amigo Quinquela una
propuesta.

Este proyecto se puede rastrear en la documentación en el vasto archivo personal de Quinquela que el museo atesora. Una carta fechada el 7 de febrero de 1950 escrita por el Doctor Ricardo Borria le informa del estado de la salud odontológica en la zona sur de la Ciudad y los primeros lineamientos para un futuro centro odontológico. Las estadísticas provistas abruman por la cantidad de extracciones dentales. Quinquela vuelve a proceder de la misma manera que las anteriores ocasiones. El 7 de noviembre de ese mismo año le escribe al Ministro de Salud Pública, Dr. Ramón Carrillo, ofreciendo el terreno en donación para la construcción de un Instituto Odontológico Infantil y el aporte de sus murales.