Entre mis amigos de “La Peña” y de la Boca se contaba también el escribano Romualdo Benincasa. Una noche, mientras nos dirigíamos de la Boca a “La Peña”, le comuniqué mi propósito de dotar a la Boca de una fundación de carácter artístico. Era una vieja idea que se me había metido en la cabeza y que no podía desechar. Y como las ideas que se fijan en la mente no hay más remedio que realizarlas, forzosamente tenía yo que realizar la mía, por un imperativo psicológico. Estudiamos el asunto y, al fin, dimos con la fórmula. La fundación consistiría en un museo con estudios para artistas y un restaurante para el público.
Escuela Museo Pedro de Mendoza (1936)
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Si bien los beneficiarios inmediatos de este ambicioso proyecto que vinculaba indisolublemente creación artística y acción educativa debían ser los niños y jóvenes boquenses, Quinquela no concibió un museo referido exclusivamente a producciones artísticas del barrio, sino que su colección debía brindar un panorama exhaustivo del arte argentino, teniendo como una de las principales finalidades la de participar en procesos educativos tendientes a forjar un fuerte sentido de pertenencia nacional.

Un paso más en el proyecto social de Quinquela fue en 1944 la donación del terreno en la calle Lamadrid 648, entre Palos y Del Valle Iberlucea, contiguo a la Escuela Pedro de Mendoza, para la construcción del primer Jardín de Infantes oficial de La Boca. Una demanda que tenía bastante antigüedad en el barrio. Se inauguró el 23 de octubre de 1948. El edificio estuvo decorado por el pintor Roberto Rannazzo y representa escenas y personajes infantiles. En el patio, las aulas y los objetos reina el color.