
Desde que llegó al barrio hace 40 años atrás, Eduardo siempre estuvo colaborando con Villa Crespo desde distintas entidades e instituciones. Fue rotario y llegó a vice presidente del Rotary Club de Villa Crespo, un club de servicio y de apoyo al barrio y de ayuda a otros lugares como escuelas del interior. Después estuvo con la junta barrial, no todo el tiempo como integrante pero siempre colaborando, ha trabajado con la comisaria 27 ayudando a la cooperadora de la policía y participa en la parroquia San Bernardo desde hace 20 años.
“Me conmovió mucho cuando un temporal de lluvia derrumbó todo el techo de la iglesia, y tuvimos que empezar a hacer rifas y a vender choripanes para juntar los fondos y así volver a construirla, con esa actividad arrancó mi vínculo con la Parroquia. A pesar de que yo no nací acá, para mi Villa Crespo es todo, me erradiqué en el barrio. Me han invitado de otros barrios a participar en diferentes entidades por mi capacidad de gestión, pero les digo que no porque para mí trabajar para otro lugar que no sea Villa Crespo no tiene sentido. “
Al haber pasado por tantas instituciones, Eduardo es una de las palabras especializadas para hablar de la historia del barrio.
“La fundación del barrio está ligada a la curtiembre federal, que se instala acá por la cercanía al arroyo Maldonado. Todos los líquidos que se usaban para curtir los cueros iban a parar al arroyo, y además éste era un lugar descampado ideal para la instalación de grandes fábricas. Era tanta la gente que trabajaba ahí que el barrio se formó con ellos. Se instalaron y así se empezó a poblar. Al tiempo Salvador Benedit crea la fábrica de calzado y con ella trajo aún más gente a trabajar y a vivir en las cercanías de ambos lugares. Salvador Benedit fue además quien donó los terrenos para la parroquia y puso la piedra fundamental. La iba a llamar San Fermín que es el patrono de los zapateros, pero se ve que en algún momento se acordó que su padre se llamaba Bernardo, y en honor a él le puso San Bernardo. La parroquia cumplía una función social muy grande, en esa época era una costumbre que la gente que fallecía pasara por la iglesia para que el sacerdote diera un responso y una misa y de ahí se continuara el viaje hasta el cementerio de Chacarita. Luego vino el conventillo La Paloma donde vivían los empleados de esas dos fábricas de cuero y calzado, y eso terminó de darle la identidad al barrio. La tradición cultural es muy importante también. Marechal, Pugliese, son sus hijos pródigos, uno por la escritura, el otro por la música. Paquita Bernardo, la primer bandoneonista que tocó con Carlos Gardel, Osvaldo Miranda, está lleno de gente muy ligada a la cultura. A lo mejor el fanatismo me traiciona, pero Villa Crespo tiene mucha historia entre los barrios, seguramente todos los otros barrios tengan su importancia, pero Villa Crespo es uno de los más importantes. Lo único que le falta al barrio quizás sea un poco de recambio en las instituciones, introducir gente nueva, joven, porque además el barrio está lleno de esa gente. Tal vez deberíamos ser un poco más abiertos a nivel institucional. Muchos dicen que los jóvenes no quieren participar en nada cuando en realidad somos nosotros muchas veces los que no le damos ese lugar.”