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Queremos que la gente en general nos conozca, por eso es que no solo bailamos para nuestra colectividad sino para quien guste de nuestra cultura. Hoy son 35 integrantes adultos y hay además un conjunto infantil que sigue creciendo.

El Conjunto surge de una iniciativa del entonces párroco y hoy Obispo, Monseñor Pablo Hakimian. El sacerdote sabía que yo había bailado más de 20 años en otro conjunto y que para ese entonces había dejado de hacerlo. Entonces en medio de un almuerzo familiar, insistió en formar un grupito (así lo llamó) de jóvenes de la parroquia. Mi familia allí presente, se ofreció a apoyarme y, por supuesto, integraron las filas de bailarines. En el primer ensayo, el 19 de marzo de 2004, estuvieron presentes 17 jóvenes, al mes fueron 24. Nuestra primera actuación fue en la parroquia para el día del padre. Bailamos con pantalón de jean y camisa blanca  como para uniformarnos y la mayoría de los integrantes nunca había bailado en algún otro conjunto. Fue arduo pero estaban tan contentos y emocionados que no quisieron abandonar y se dispusieron a seguir e invitar a más jóvenes a sumarse al ya “conjunto”. Como pertenecemos a la parroquia armenia católica Nuestra Señora de Narek (ciudad donde apareció la virgen “Narek”) de ahí nuestro nombre que enseguida se asociaba a nuestra pertenencia a la parroquia.

El rasgo que más nos identifica es sentirnos un pueblo bailando. Los integrantes son de variadas edades, mezcla de armenios y no armenios. También, nuestra realidad es que muchos de nuestros jóvenes armenios no pudieron acceder a una educación en colegios de la colectividad y fue el conjunto el que les permitió conocer más sobre sus raíces, además de los relatos propios de sus padres y abuelos. No solo bailan, también se trata de que puedan acercarse más a sus orígenes puesto que los bailes les son explicados para que, además del gusto de bailar, puedan aprender nuestra cultura milenaria. Queremos que la gente en general nos conozca, por eso es que no solo bailamos para nuestra colectividad sino para quien guste de nuestra cultura. Hoy son 35 integrantes adultos y hay además un conjunto infantil que sigue creciendo.

Siempre quise transmitir la cultura a las generaciones venideras para mantener firme nuestra identidad de armenios y esta era una oportunidad magnífica de hacerlo.  Hay muchos momentos que tengo atesorados en mi corazón. Uno de ellos es poder ver a mis hijos (ya crecidos) bailando junto con su padre, algo que solo tenía en mis sueños; otro es la primera actuación del incipiente conjunto en la parroquia a fuerza de entusiasmo y ganas; el primer recital en la ciudad de Montevideo; cada recital que damos anualmente cuando veo cómo algunos integrantes han avanzado y superado dificultades y sus caras de alegría al bailar.

© “Armenios en la Ciudad de Buenos Aires” de Carlos Iglesias –  Rumbo Sur, 2018.

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