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Elsa Osorio / Historia de una foto / universosliterarios.com

ELSA OSORIO
Buenos Aires (1952)

Me casé muy joven, de hecho esta foto parece de la primera comunión, por la Iglesia y con misa de esponsales… nadie quería eso. Me mandaron a un colegio religioso, pero a mi madre la sola idea de que yo me hiciera monja la espantaba. Entonces había una especie de coherencia. Tuve a mis hijos muy jo- ven y debieron crecer conmigo. No recuerdo la vida sin hijos.

“Escribiendo entiendo cosas que en la vida no entiendo”

Empecé con un diario que seguí toda la vida. En ese cuaderno yo escribía lo que me pasaba, pero en algún momento la elaboración de lo que me pasaba se transformó en “¿qué me gustaría que me pasara?” o “¿cómo podría ser?”. Me puse un límite, ya siendo madre, que fue que cualquier trabajo que hiciera no me apartara de la literatura. Yo siempre escribí, pero asumirlo como profesión creo que es distinto. A lo largo del tiempo puedo reconocer dos líneas en mi narrativa, la fantástica, que está presente en mis primeros libros hasta A veinte años, luz, que fue como una bisagra… Después, se produjo algo en mí que dio lugar a la literatura de la memoria. Más allá de la temática y las formas, siempre me gustó contar desde distintos narradores. Es interesante meterse en la piel del otro, incluso ese al que uno detesta, para entender qué puede pensar. A mí me gusta jugar en el terreno del tipo cualquiera. Yo escribo por necesidad. Tengo como un deber interno. ¿Quién me manda? Me gusta mucho lo que hago. Si tuviera que elegir otra vida, me gustaría hacer lo mismo.

Firma Elsa Osorio
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