






ALEJANDRA LAURENCICH
Buenos Aires (1963)
Estoy en Parque Lezama, tendré unos 18 años. La foto la tomó mi compañero de vida, Marcelo Pedroza, con quien empezábamos a salir. Yo estudiaba Bellas Artes, no muy lejos de ahí, en la Belgrano. “Cuánto por ver le aguardaba a esa nena” es lo que pienso cuando miro esta foto.
“Para mí en un instante hay mucho para decir. Un instante puede cambiar una vida o determinar el rumbo de los años que siguen”
Siempre escribí, desde muy chica, pero me parecía algo tan natural que ni siquiera pensaba en dedicarme a eso. Escribía como comía, como dormía. Cuando empecé a escribir mi primera novela dije “ya está, dejo de buscar”. Cuando descubrí la narrativa estaba convencida de que era eso lo que quería. Así que seguí trabajando de cualquier cosa pero nunca dejé de escribir narrativa. No analizo demasiado lo que escribo. Cuando viene algo para escribir, escribo. Me gustan las tramas, me gusta que todo se vaya complicando. Casi siempre abordo mi escritura desde la interioridad. Me gusta mucho ver desde adentro. Ver los procesos interiores frente a las cosas. Entonces abordo a los personajes desde la interioridad. Yo siempre estoy percibiendo y analizando la comunicación, lo que pasa en el otro y lo que pasa en mí respecto del otro. Desmenuzo naturalmente cualquier hecho de mi vida, por pequeño que sea, y lo llevo a la escritura.
